Historias de amor
Yo soy una niña que se enamora de lugares y Tulum, encandiló mi corazón. Memorias de ‘Mi Viaje de Monje’ | Solo-trip 2022
Mi estancia en San Cristóbal de las Casas fue un idilio, un regalo al alma, un abrazo al corazón y un momento de reencuentro conmigo que me enseñó a sentarme más en mi centro. No quería irme. Pero esa estancia debía llegar a su fin. El viaje debía continuar.
Dejé San Cristóbal porque Tulum ya me reclamaba, sin yo saberlo.
Tulum…
Ese pueblito mágico mexicano, ubicado en la península de Yucatán entre mar y jungla. Ruinas Mayas frente al agua. Lugar de inexplicable energía y potencia. Al igual que el Lago Atitlan, en Guatemala.
Me contaron que Tulum es un vortex energético que saca a la superficie todo aquello que aún se oculta en nuestro subconsciente. También me contaron que el tiempo allí se mueve diferente, que todo ocurre con rapidez, que es un lugar que te seduce y atrapa o, por el contrario, te ‘echa a patadas’. Allí, se es más propenso a sentirse irascible o sensible y los ‘highs & lows’ nos impactan más ya que es una tierra que yace sobre agua. Estos ‘vórtices energéticos’ del planeta, llaman mi atención. Me gusta comprobar y sentir lo que a priori considero como ‘simples’ leyendas.
Aunque…Tulum NO estaba en la lista de destinos que quería visitar en este viaje. Es más, todo lo contrario. Había escuchado demasiadas opiniones negativas acerca del lugar. Que si se estaba degenerando, que si ya “no es lo que era”, que solo había turismo masivo en busca de fiesta, trabajos de construcción esparcidos por todo el pueblo para acomodar a ese turismo creciente, ecosistemas naturales cada vez más deteriorados por la influencia humana y precios desorbitados. Por estos motivos, Tulum era un clarísimo NO.
Fue por el curso de Kundalini Body Work que ‘me vi obligada’ a ir allí. Curso en el que fui aceptada después de estar en la lista de espera por unos meses.
¿Casualidad? Las casualidades no existen.
Kundalini Energy, awakened.
Aún no he compartido en profundidad los detalles de mi despertar energético, al menos aquí en Substack. Y este, no será el artículo en el que lo haga. Por ahora, compartiré únicamente algunas pinceladas para explicar porqué hacer ese curso de Kundalini Body Work era importante para mí.
Ese ‘despertar’ ocurrió en Ámsterdam. Después de años de práctica de (yin)yoga, meditación y danza, comencé a sentir nuevas sensaciones en mi cuerpo. Recibir la ‘sintonización’ durante el curso de Reiki en el 2021, también expandió notablemente el rango de sensaciones corporales que era capaz de sentir. Ese despertar, provocó que pudiese alcanzar nuevos niveles de clarividencia que me ayudaron a entender el por qué de muchos hechos ocurridos en mi vida. Esas certezas internas indiscutibles, fueron, en parte, las que me llevaron a tomar la decisión de dejar mi vida ‘convencional’ en Ámsterdam, sin motivos externos aparentes.
Soy curiosa. Amo aprender, entender y analizar. Me gusta leer, ver tutoriales y escuchar podcasts. Pero, por encima de todo, yo elijo experimentar por mí misma, vivir la experiencia y a partir de ahí, formar mis propias opiniones. Estar en el terreno de juego es crucial. No quiero que todo se quede en la mente. Hay que bajar el conocimiento al cuerpo. Hay que vivirlo para poder integrarlo. Y es que, además, en este proceso en particular que estaba viviendo, la teoría disponible se me quedaba corta.
No entendía muchos de los cambios por los que estaba pasando. Como buena ‘ratita de biblioteca’, comencé a tomar notas diarias de todo este proceso - proceso que, hasta el día de hoy, sigo documentando. Este despertar me llevó a buscar información, a preguntar y a hacer cursos, entre ellos los trainings en Tantra con The School of Shakti, mientras aún vivía en Ámsterdam.
Pronto aprendí que era mi energía Kundalini la que se había despertado. Kundalini es energía vital, sexual y creativa que vive adormilada en el coxis, en la base de nuestra columna vertebral. Reprimida por la cantidad de emociones acumuladas que no nos atrevemos (o no nos dejan) expresar. Las prácticas como el yoga, la danza, la meditación y el trabajo energético me habían ayudado a liberar esas emociones pesadas que había ido acarreando toda mi vida. Ese ‘soltar’ me hizo ser capaz de experimentar otras sensaciones en mi cuerpo. Lo que también me estaba ocurriendo, era un reajuste de mi sistema nervioso, que evolucionaba hacia un estado más expansivo y más calmado. Me sentía más alineada en pensamiento, emociones sentidas, sensaciones físicas y acciones ejecutadas, de ahí se derivaba también la sensación de claridad y clarividencia.
Que tu Kundalini despierte, está al alcance de todos aunque no es algo que ocurra de un día para otro. Escribiré más al respecto sobre este tema en futuras publicaciones porque me apetece tratarlo como se merece.
En aquel momento de mi despertar, yo sí necesitaba -y quería- saber más. Busqué por internet y me topé con el trabajo de Elliott Saxby, el cual hablaba de esta energía de la forma más ‘racional’ y objetiva que había encontrado hasta el momento. Además, los conceptos que explicaba, coincidían con las sensaciones que yo estaba experimentando. Hice su curso online de tres meses y leí su libro ‘The Inner Marriage’. Elliott empezaba su tour de cursos de formación en Kundalini Body Work en Tulum y para aquel entonces, ‘Mi Viaje de Monje’ ya había comenzado. Decidí hacer ese curso presencial con él, no por qué tuviese particular interés en convertirme en terapeuta, si no por que quería seguir experimentando y aprendiendo. No considero a Elliott mi gurú (no tengo gurús), ni recomiendo sus prácticas al 100% aunque ese curso sí tuvo un impacto positivo en mí. Tardaría más de diez meses en integrar todo el conocimiento, información y energía que recibí. Ese curso fue parte de mi camino y fue el motivo que me sacó de San Cris y me llevó a Tulum.
Mi primer día en Tulum fue de otro mundo. Después de 23 horas en autobús, me encontré de lleno en la calle principal: la Avenida Tulum. Nada más salir de la A.D.O, la terminal de autobuses, me topé con un calor asfixiaste y precios cuadruplicados con respecto a San Cristóbal - ¿seguía en México? - me negué a tomar un taxi para llegar a mi Airbnb y volví a caminar cargada, esta vez bajo un sol abrasador. No entendía ese pueblo. En mi cabeza, imaginaba calles asfaltadas, vegetación frondosa y cuidada, cafés chics y -¿por qué no admitirlo? - apartamentos lujosos. Esa era la imagen que yo tenía de Tulum. Y sí, esos lugares existen, pero el centro del pueblo no es así, lo encontré caótico - hecho que terminaría enamorándome. La calle principal estaba llena de heladerías, puestos para comer tacos y tiendas de esas en las que se venden souvenirs para turistas, cremas solares, bebidas isotónicas o ropa “Tuluminati”. En ese camino abrasador hacia mi Airbnb, solo me repetía: “ok, hago el curso y en dos semanas, estoy fuera. Este no es mi lugar”.
Y ya. No sé que pasó, pero algo pasó.
A los pocos días de haber llegado a Tulum, y habiendo empezado ya el curso, salí a pasear al atardecer escuchando música. El pueblo seguía siendo el mismo. Quizá fue la luz de esa tarde o las canciones que iba escuchando o la brisa que soplaba en ese momento que me acariciaba el pelo y mecía mi falda…pero esa misma tarde…me rendí. Empecé a sentir y pude percibir todo lo que aquella tierra quería darme. Y yo…me abría a recibirlo. Ese mismo día, supe que ‘debía’ quedarme más tiempo. Necesitaba vivirlo. Una luna llena, cálida, lo confirmó.
Así que, una vez más, sin entender los motivos, decidí fluir y alargué mi estancia en Tulum y aún postergaría mi salida de ese pequeño pueblito un par de veces más después de aquella primera extensión… Los aprendizajes profundos que aquella tierra mágica trajo, llegarán a vuestro email la próxima semana😉
Así es como comienzan mis historias de amor por lugares, al igual que mi romance con Ámsterdam había comenzado diez años atrás, sin darme cuenta, sólo sintiendo, dejándome llevar…
Con amor,
Julia
y vosotros..¿habéis sentido esta conexión con algún lugar de una manera tan potente? ¿os habéis dejado llevar por ese instinto de ir allí o incluso mudaros allí? Quiero saber más de vuestras aventuras…
Como siempre, os leo❤️
P.D. 1: He incluido varias fotos al final de esta publicación para ilustrar mi historieta. Si queréis verlas, os recomiendo ver la publicación en la App o desde el browser directamente.
P.D.2: Muy pronto comunicaré las fechas del curso sobre Substack, Estoy terminando la página web. Si estáis interesados, solo tenéis que estar atentos a ‘The Journal’ y me aseguraré de que os llegue la info😊
P.D.3: Estoy diseñando los talleres para este 2024 y se vienen algunos ejercicios basados en el ‘Polarity Framework’ del que habla el libro ‘The Inner Marriage’, pasados por mi filtro y otros adicionales basados en mi experiencia…Igualmente, si estáis interesados, seguid echando un ojo a ‘The Journal’, iré compartiendo info a su debido tiempo✨
Qué bonita historia 😍😍😍😍 Nunca fui a Tulum, pero estuve en un lugar antes de Playa del Carmen, en este sitio yo podía sentir como la tierra vibraba bajo mis pies. Volver, es una asignatura pendiente, incluyendo conocer Tulum, luego de esta invitación. 🫶
Yo me mudé a la Riviera Maya en el 2017 cuando decidí que era hora de salir de la casa que me había visto crecer. Recuerdo que mi plan consistía en un mes de prueba para ver si podía encontrar trabajo y sostenerme por mi cuenta y terminé quedándome 4 años. Aún no sé bien qué terminó llamándome a ese lugar pero sin lugar a dudas fue algo que me transformó en muchos sentidos y siempre estaré agradecida por eso ❤️ Playa del Carmen y Tulúm son lugares que siempre llevo en el corazón! Un abrazo bella!