Una cosa es escribir para uno mismo y otra para un público. Esta fue una de las primeras lecciones que aprendí con Substack. A partir de mi quinto artículo, empecé a hacerme estas dos preguntas clave al sentarme a escribir:
¿Cuál es el punto principal que quiero comunicar en cada artículo? y ¿qué busco provocar en el lector? Obviamente, lo que movemos en nuestros lectores no depende de nosotros pero me ayuda hacerme estas dos preguntas para marcar una dirección y tener una intención clara con cada escrito.
Fue con el artículo de ¿Libre?, cuando salió a relucir otra voz de Julia que llevaba tiempo queriendo salir. Hice preguntas que podrían resultar incómodas. Cuestionaba hasta qué punto usamos el ‘trabajo’ como pretexto o excusa para no mirar hacia donde no queremos mirar: ¿qué ocurriría si no existiese ese ‘tengo que’? ¿en base a que tomarías tus decisiones? ¿el disfrute? ¿el deber ser? ¿las ganas de aprender? ...
Este artículo incitó a que algunos de los 150 suscriptores que había en aquel momento, compartiesen su opinión en los comentarios. Una chispita en mi interior comenzó a prenderse. Aquel fue un punto de inflexión que me llevó a mostrarme más y a lanzar esas preguntas al aire que llevaban tiempo acompañándome. Mis artículos comenzaron a convertirse en reflexiones personales, salpicadas por mi experiencia.
Aunque en algún punto me planteé escribir desde una posición más neutra, compartiendo ideas de libros o de otros autores / pensadores, sencillamente no brotaba de forma tan natural.
Y lo he aceptado.
En muchos de los comentarios que recibo, leo palabras de agradecimiento por ser motivación, inspiración o sostén. Hoy quiero compartir que esas palabras -vuestras palabras - también me impulsan, convirtiéndose en el resorte que hace que escribir sea más llevadero cuando la motivación decae.
Escribir de la manera en la que lo hago - cercana, natural, relacionable - me hace conectar con las personas que me toca conectar. Intentar predecir lo que quiere tu audiencia y escribir para ‘cumplirlo’ es imposible. Lo único que está en mi mano es pulir mis párrafos, hilvanar mis frases y seguir compartiendo lo que para mí es relevante. Una vez lanzada la botella con mi mensaje al mar, son las olas las que marcarán a que puerto llegará y cómo será recibido.
Mi recomendación de hoy es que simplemente escribas. Escribe aquello que quieras comunicar, sin mirar alrededor para ver quién hay del otro lado, tus palabras llegarán al puerto que deban. Tocarán a quién tengan que tocar. Confía.
Con amor,
Julia💛
Te dejo aquí los tres primeros artículos de la serie ‘Un año en Substack‘ por si quieres echarles un ojo🙃
Un año en Substack #1: un año de compromiso
Hoy hace un año, el 7 de julio de 2023, que publiqué mi primer artículo en Substack: ¿Intuición? Intuición. Un artículo en el que detallé cómo y por qué decidí empezar a hacer caso a la voz de mi intuición. Escribí ese artículo un año antes de ser publicado entre las montañas de Tepoztlan. Era junio de 2022.
Un año en Substack #2: la creatividad llama a más creatividad
Después de haberme comprometido a publicar una vez a la semana, pasé a la siguiente fase en la que tuve que enfrentarme a una de mis creencias limitantes… Gracias a Substack he descompuesto la creencia de que ‘la creatividad se agota’ y la he sustituido por ‘la creatividad, llama a más creatividad’. Al principio, dudaba de que pudiese en…
Un año en Substack #3: aprender y conectar. Substack, otra manera de relacionarse
En ese primer mes de compromiso ‘en serio’, me picó la curiosidad: si iba a comprometerme a escribir en una plataforma, quería saber más de ella: ¿qué era Substack realmente? ¿una newsletter? ¿un blog?. Sí, sabía como editar y publicar mis artículos pero…¿que más podía aprender?. Me uní a la comunidad de ‘Writers at Work’, empecé a leer Substack Hours …
Qué inspiración leerte❤️🔥
Que bonito