Poner límites y ponerse en valor...¿cuál es la diferencia?
Este es un tema al que le he estado dando vueltas durante las últimas semanas.
Las áreas -tan en boga- del autocuidado, el amor propio o el empoderamiento advocan la necesidad de poner límites. Límites para trazar una línea entre aquello que toleramos y lo que no. Límites que representan nuestros no-negociables.
‘No tolero que me hablen levantando la voz’
‘No contesto correos después de las 6pm’
‘No acepto comentarios o críticas sobre mi apariencia física’
Yo he sido una gran defensora de poner límites; cuidadora de mi tiempo, atención y energía. Límites en el trabajo, en relaciones, en amistades y conmigo misma.
Pero en estas últimas semanas, me he replanteado algunas cuestiones… ¿de dónde nacen esos límites? ¿cómo sé que pongo los límites que realmente necesito poner? ¿qué ocurre cuando me vuelvo demasiado estricta? y si no se cumplen…¿sufro? ¿los exijo y demando, generando más sufrimiento?
Establecemos límites para protegernos y algunos son, sin duda, necesarios. Por ejemplo, en mi caso, no tolero el chantaje ni manipulación emocional, pero…
¿Y si hay límites que estableciste hace tiempo para proteger a una versión tuya que ya ha evolucionado? En ese caso, esos límites autoimpuestos pueden convertirse en murallas o barreras que te impiden conectar y vivir en apertura.
Quizá haya límites que te hagan huir antes de tiempo. Límites que pusiste desde un punto de vista racional que ya no concuerdan con lo que eres o sientes actualmente. Límites que ni siquiera son tuyos y estableces por la influencia de otros o porque ‘es lo que se lleva’.
Dureza extrema en nuestros límites implica también dureza para con nosotros mismos. Exigencia. Intransigencia.
¿Qué ocurriría si, en lugar de cerrarnos y limitarnos, nos abrimos?
Michael A. Singer, en su libro ‘Untethered Soul’ habla de que nuestro gran reto es mantener el corazón abierto. ¿Cómo se consigue mantener el corazón abierto? No cerrándolo. Así de sencillo. No dejando que la voz de tu cabeza te diga constantemente lo que está bien o mal, no dictando desde tu mente cómo debes sentirte respecto a algo, no juzgando lo que otros hacen. Michael afirma que, cuando te cierras y proteges, sólo estás poniendo una armadura alrededor de una parte tuya que está herida y dañada. Esa parte te hace creer que necesitas protección y es la que te genera esos sentimientos de dudas, miedo o temor.
«Llegarás a un punto en tu desarrollo personal en el que entenderás que si te proteges, nunca llegarás a ser realmente libre. Ya que tus hábitos e idiosincrasias te mantendrán estancado en el nombre de esa protección» - Michael A. Singer
Reevalúa tus límites.
¿De dónde vienen? ¿de tu herida, de esa parte que se siente desprotegida o los estableces porque es algo que realmente anhelas / necesitas / deseas?
¿Qué ocurriría si nos centrásemos en cuidar lo que hay dentro en lugar de construir murallas? ¿qué ocurriría si cuidásemos con más ternura esas partes aún heridas? ¿qué ocurriría si dejásemos de vivir con tanto miedo?
Yo ponía - y pongo- límites porque creía que los necesitaba: “debían hacer tal cosa para que yo me sintiese de una determinada manera” pero eso no es un límite, es un condicionante que me hacía sufrir.
¿Y si en vez de establecer límites, establecemos primero cómo nos ponemos en valor?
¿Qué significa para ti ponerte en valor? y ¿cómo lo consigues?
Es una pregunta a la que poco a poco le voy dando respuesta:
Ponerme en valor es comunicar lo que pienso o cómo algo me hace sentir.
Es compartir desde mi centro, sin acritud, ni rencor y sin buscar la crítica destructiva del otro.
Me pongo en valor cuando cumplo lo que digo que voy a hacer.
Me pongo en valor cuando me cuido: cuando hago deporte, cuando duermo lo que necesito, cuando me nutro…
Me pongo en valor cuando me doy permiso para disfrutar.
Me pongo en valor cuando perdono, cuando no guardo rencor.
Me pongo en valor cuando no dudo y simplemente, lo intento.
Me pongo en valor cuando confío en mis decisiones. Cuando confío en general.
Me pongo en valor cuando decido abrirme aunque crea que tengo motivos para cerrarme.
¿Cuál es la diferencia entonces entre poner límites y ponerse en valor?
Los límites te protegen de lo de afuera, de lo que ocurre, de lo que ‘te hacen’. Ponerse en valor es centrarte en ti, en el adentro, en nutrirte, en enraizarte, de tal manera que, lo que ocurre afuera, deja de ser tan relevante (a no ser que perturbe tu paz y tranquilidad de forma desmesurada).
Establezcamos límites, sí, pero que no busquen controlar o manipular nuestro mundo externo. Que sean sólo una directriz para expresar lo que es importante para nosotros. Que no sean blanco o negro: no caigamos en esa intransigencia.
Busquemos construir y nutrir lo de adentro. Vivamos abiertos.
(Yo estoy aplicándome el cuento😉)
Con amor,
Julia
Cositas varias…
Las plazas de los acompañamientos de Substack 1:1 se llenaron en las primeras 24 horas🥰 ¡Gracias por la confianza!. (Volveré a abrir la agenda el 22 de febrero de 2025)
Taller de escritura Navideño ¡listo! Tu Año en Retrospectiva: Escribe para revisitar y honrar tu 2024. !Nos vemos el 22 de diciembre!. (Taller gratuito para los miembros de Release Yourself).
Seguimos con las entregas de Release Yourself. Estas semanas: trabajando el libro “Este Dolor No Es Mío” en ‘Not the Typical Book Club’
Un besazo. Por un domingo sereno💛
Gracias, Julia. Me ha resonado porque poner límites por inercia es algo que hacemos cuando vamos "en automático", buscando protegernos sin detenernos a cuestionar de dónde vienen esos límites. Con curiosidad y tomando conciencia de esas partes heridas, he podido entender el origen de esos miedos y por qué necesitaba levantar esas barreras. Lo curioso es que, al darles atención y cuidado, esas partes defensivas se han ido relajando, dejando espacio para estar desde el "Ser".
Creo que vivir abiertos no es algo que se consigue de la noche a la mañana, pero es un acto de confianza y un regalo que nos hacemos al aprender a estar con lo que somos, sin tantas armaduras. A
Las paredes que levantamos ayer pueden ser utilizadas para construir los puentes de hoy y mañana.