Dharma es un concepto cuyo origen se encuentra en distintas filosofías orientales como el Hinduismo, el Budismo y el Jainismo. Es un concepto que, al igual que Tapas, llegó a mi vida cuando comencé a estudiar la filosofía del Yoga. La interpretación de su significado varía, pero en general, Dharma hace referencia a vivir un “camino ético o correcto” que nos lleva al equilibrio y la armonía. En el mundo occidental, el concepto de Dharma se ha reinterpretado como nuestro "propósito de vida" o como el "deber” o “servicio” que hemos venido a cumplir.
Durante mucho tiempo, asocié mi propósito de vida con mi profesión.
«Si voy a pasarme al menos 8 horas al día en un puesto de trabajo, tengo que hacer que valga la pena» - me decía.
Durante años me creí esa historia.
Al trabajar como urbanista y analista de datos en proyectos Europeos, veía el impacto directo de mi investigación en la sociedad. Me sentía afortunada. Pero con el paso del tiempo, advertí que seguía habiendo demasiado ruido interno en mi vida. Que vivía cuál “pollo sin cabeza”. Advertí que nunca me había dado tiempo suficiente para apreciar quién era Julia, qué quería Julia, qué disfrutaba - de verdad - Julia. ¿Qué heridas tenía y debía sanar? ¿Qué partes de mi requerían atención? Con lo años, aprendí a conocerme. A elegir consciente cómo quería sentirme y cómo quería hacer sentir a los que me rodeaban.
Solemos pensar que nuestro Dharma debe ser transcendental. Pero no es así. No tiene porqué estar relacionado con una profesión o con alcanzar metas específicas, ni con desarrollar un hobby o con ser madres o padres. En mi percepción, el Dharma, no tiene tanto que ver con el qué, si no con el cómo. Tu Dharma es tu manera de vivir tu día a día, tus decisiones, tus acciones, lo que te apasiona y el cómo eliges reaccionar a lo que ocurre a tu alrededor. Dharma son tus valores y principios elegidos que te ayudan a mantener tu vida en equilibrio.
¿Cómo quieres vivir tus días? ¿cómo quieres sentirte cuando llegue la noche? ¿qué te hace sentir satisfecho?
Eventualmente, ese “cómo”, esa forma de vivir, impregnará todo lo que haces: tu profesión, tus relaciones, tus proyectos, tu paternidad / maternidad y la conexión contigo.
Hay algunas nociones importantes que he aprendido respecto al Dharma:
Tu Dharma no es sólo tu camino o misión individual, tu Dharma sí tiene que ver con lo que viniste a aportar al mundo. Es un camino que va más allá de ti y tiene que ver con cómo tu manera de ser y de pensar, benefician a aquellos que comparten su vida contigo. Cuando vives acorde a tu Dharma, te pones al servicio de los demás, a menudo, sin ni siquiera advertirlo.
Dharma es vivir en alineación con quien eres - con quién viniste a ser - y para vivir acorde a ello, hay que desenterrar lo que un día escondiste e integrar las partes de ti que quieres rechazar. Vivir acorde a tu Dharma, requiere limpiar -quemar- tu Karma. La vida te pondrá pruebas y tests en torno a los mismos temas para que finalmente tomes consciencia y acción al respecto.
¿Cuáles son tus fortalezas? ¿qué se te da genuinamente bien? ¿qué nace de ti de manera natural? Lo que te apasiona y tus intereses escondidos, están ahí por un motivo. Síguelos.
Vivir acorde a tu Dharma -a tu camino- genera resistencia o temor sobre todo al principio. Tu Dharma busca que vivas tu mejor versión y eso implica que hay miedos que superar y lecciones que integrar. Observa tu camino ya recorrido porque hay pistas. Algunas preguntas útiles que hago a mis clientes de mentorías creativas son:
¿Qué necesito sanar todavía en mí? ¿Qué temas son los que se repiten en mi vida y aún tienen la capacidad de detonarme? ¿Qué temores o patrones necesito dejar atrás porque siento que me bloquean?
¿Qué desafíos ya he enfrentado y superado?
Vivir plenamente nuestro Dharma implica dar ese salto dejando atrás inseguridades y dudas. Implica exprimir tus fortalezas. Y mostrarte tal y cómo viniste a ser.
No sé si debido a los acontecimientos ocurridos en España últimamente, he sentido una sensación de desubicación e intranquilidad generalizada. Lo he observado y hablado con clientes y amigos: hay una necesidad de recalibrar nuestro rumbo. De no seguir haciendo lo que estábamos haciendo - o cómo lo estábamos haciendo - porque las rupturas ocurriendo en el mundo externo están siendo vastas y necesitamos volver a anclarnos en nosotros.
Yo misma he sentido una fuerte necesidad de bajar el ritmo e ir a dentro. De replantear el porqué y para qué hago lo que hago y esa ha sido mi invitación también a mis clientes de Mentorías Creativas y Substack 1:1: a revisar sus motivos, redefinir su Dharma, su visión, su mensaje…para asegurar que su emprendimiento y contenido crezca alineado con ellos.
Sigamos nuestro llamado interno porque para eso vinimos. Quitar - reducir- el ruido de afuera y rodearse de los que andan en ese mismo sendero. Hagámoslo fácil. Porque por ahí es.
Con amor,
Julia💛
¿Me cuentas tu Dharma?
PS: la entrega de Release Yourself (en la que analizamos el libro de ‘Este Dolor No Es Mío’ de Mark Wolynn) ya está lista. En esta entrega hablamos de trauma, epigenética, la mente y el cuerpo familiar y ‘Lealtades Inconscientes’. En el audio, cuento mi historia y como desbloqueé algunas de estas lealtades que cargaba inconsciente de mi abuela materna.
Si te interesa, nos vemos dentro😊
Comparto ese sentimiento de "desubicación e intranquilidad". No paro de darle vueltas al asunto, y de preguntarme si estoy en el "camino correcto". Muchas dudas respecto a lo que quiero, lo que hago y la manera de hacerlo. Llevo así varios días, intentando "redefinir" un nuevo rumbo.
Gracias por tus palabras 🙏. Un abrazo!!🤗
Sin ser un mandamiento externo al que obedecer, la carta astral da muchas pistas sobre por dónde van los tiros del Dharma personal.
Ahí lo dejo... 😉