Porqué tener prioridades no me está funcionando.
La montaña rusa de los últimos tres meses
En seis horas, estaré tomando un avión en el aeropuerto de Barajas.
Madrid - Ámsterdam.
Ámsterdam - Singapur.
Singapur - Koh Samui.
Compré mi billete a Tailandia el pasado 21 de noviembre, tenía un voucher en la recámara desde tiempos del covid que debía usar si no quería perderlo. Cuando lo utilicé, no estaba segura ni de la fecha de partida -este 4 de febrero- ni del destino. Me dejé llevar.
Ahora, tres meses más tarde, puedo decir que sí acerté con la fecha: es un buen momento para dejar España de nuevo. Estos últimos 5 meses aquí han sido un bálsamo que me han traído claridad y fuerza pero ya es momento de tomar aire fresco. Lo que me ocurre cuando vuelvo a un lugar en el que he vivido, es que adopto -muy sutilmente- las conductas que solía habitar allí. De manera casi imperceptible, me acabo fundiendo con el campo colectivo, dejándome envolver por sus costumbres y sus maneras de hacer. Por eso me gusta moverme: para sacudir suavemente las estructuras y cargas que, tenues, se generan cuando nos quedamos estancos.
Estoy viviendo la vida que dije que quería vivir dos años atrás, cuando salté al vacío. Una vida en la que pudiese tener flexibilidad geográfica y temporal, organizar mis días y desempeñar actividades que me hiciesen sentir creativa y realizada. Explorar a mi ritmo las riquezas de este mundo y experimentar otras formas de vivir…Irme a Tailandia es un hecho que refleja todos esos deseos.
Pues bien…En estos últimos tres meses, he vuelto a comprobar la rapidez con la que transitamos algunos ciclos internos. Sí, yo busco aventura, variedad y exploración. Pero lo que la Julia de hace tres meses consideraba como aventura, la Julia de ahora ya no lo ve así.
Vivo - vivimos - en transición constante y se vive más ligero si nos damos el permiso de aceptar que somos cambio.
Debemos incorporar los nuevos aprendizajes y dejar que estos informen nuestras decisiones en ‘tiempo real’. Ser flexibles. Adaptarnos a lo que hay presente en cada momento.
Esta ha sido mi lección de las últimas semanas. Aventura hace tres meses significaba viaje y exploración hacia fuera. Hoy, significa ganas de emprender y de traer (por fin) mi proyecto a tierra después de varios años de conceptualización y meses de experimentación.
Me di cuenta pronto de que algo estaba cambiando. A las pocas semanas de haber comprado el billete de avión, empecé a planificar las fechas de mis programas, lanzamientos y talleres online. Con cartulina, post-its, rotulador y una línea del tiempo con los meses del 2024 enfrente de mí, notaba una sensación de creciente incomodidad en mi cuerpo: solo veía solapamiento de fechas y que los lugares y actividades que tenía en mente requerían estar desconectada de internet.
Pensaba que mis dos deseos - viajar y emprender - podían coexistir pero mi cuerpo me estaba indicando que en este momento, era demasiado para mi sistema. Estaba intentando mantener demasiadas pelotas en el aire.
Me vi obligada a soltar pelotas. Las primeras en caer fueron el curso de Yoga Teacher Training, la visita a dos islas remotas y los talleres de ‘mindmaps’ que tenía pensados para enero. También hice ajustes: retrasé las fechas del curso de Substack y el lanzamiento de la comunidad privada.
Prioridad vs. Prioridades
Lo que quiero ilustrar con esta historia es que tener más de una prioridad realmente no (me) funciona. Prioridad, sí. Prioridades, no. El mismo concepto de prioridades - en plural - me resulta contradictorio. Porque cuando una interfiere con la otra…¿en base a cuál tomas tus decisiones? Sí, claro que podemos tener varias prioridades pero, en ese caso, mi consejo es establecer el orden de relevancia de cada una de ellas y…si el orden está claro, al final del día solo nos queda una prioridad: la primera de la lista.
Tener una única prioridad nos centra porque nos ayuda a determinar qué acciones tomar. Debemos tener claro hacia dónde nos dirigimos. Por eso, antes de sentarse a planificar, recomiendo tomarse el tiempo para hacerse las preguntas pertinentes: ¿qué queremos? ¿por qué lo queremos? ¿para qué lo queremos? ¿cuándo lo queremos? y ¿cómo de realista es que lo consigamos dadas nuestras circunstancias personales?
Marcarnos una única prioridad, no significa que no podamos tener otras metas o deseos sólo quiere decir que estas pasan a un segundo plano. En mi caso, tengo claro que mi prioridad ahora es mi proyecto, por lo tanto, sé que voy a tener que hacer sacrificios para no comprometerlo, aunque eso no implica que no vaya a disfrutar en absoluto de Tailandia o de pasear en moto o de cazar atardeceres.
Cosas que quieres vs. cosas que también quieres, pero no tanto
Una realización que he obtenido gracias a la lectura de Cuatro mil semanas de Oliver Burkeman, es que hay que tener cuidado con las cosas que nos apetecen ‘a medias’. Si estamos seguros de que hay algo que NO queremos, perfecto, ya que no supone una tentación pero si algo nos apetece un poco corremos el riesgo de que sea eso lo que nos desvíe del camino marcado.
Siento que esto es lo que me ha pasado en los últimos meses, que no quería elegir porque elegir implicaba renunciar a algo que también me gusta. Elegir es comprometerse y supone dejar cosas en el camino que también deseamos. Elegir nos pone a prueba para comprobar cuánto queremos lo que decimos que queremos.
Comparto mi situación actual para mostrar que no las tengo todas conmigo, que esto de vivir en coherencia y alineación es un juego constante de observación, aprendizaje y de abrazar todas nuestras versiones.
Sí, me voy a Tailandia, y sí, me voy sin billete de vuelta, pero siendo honesta, no me voy tan abierta a lo que pueda surgir como me he ido en otras ocasiones antes de emprender un viaje largo. La montaña rusa que he vivido desde noviembre - este vaivén de descartar opciones y tomar decisiones - me ha dejado aún más clara mi prioridad del 2024.
Si lleváis un tiempo por aquí, ya sabéis que comparto mis reflexiones en base a mi experiencia. Abro este espacio para leeros. Cuéntame: ¿cómo te planificas? ¿cómo decides y defines tus objetivos, metas y tareas? ¿te funciona tener varias prioridades?
Os leo y contestaré cuando toque tierra firme de nuevo💛😋
Con amor,
Julia
Cada día estoy más "enganchada" a tus post. Por favor, escribe pronto desde Tailandia y comparte todo lo que veas relevante para compartir. Dicho esto, y centrándome en el tema de las prioridades, mi problema es que tengo demasiadas y así no hay manera... Por eso al leerte, reflexiono y soy consciente de la necesidad de priorizar prioridades, o incluso, de tener solo una prioridad. Creo que me iría mejor... Gracias Julia por hacerme reflexionar, gracias por esa "ayuda moral" que nos regalas.
Que tengas un feliz viaje!
Prioridad, no prioridades ... Mucha verdad. La mayoría de las veces hacemos listas de las cosas que queremos hacer, pero no identificamos la más esencial para nosotr@s, y se queda escrita en una lista sin materializarse.
Me ha hecho reflexionar mucho de qué es lo que realmente quieres y te hace sentir vivo en ese momento...Bon voyage!❤️🌍