Cuando todo termina...mi emprendimiento surge
Fin del "Viaje de Monje" y los meses de transición
Julio, 2022
Aquellos días en Ciudad de México, mientras sufría Covid severo en la soledad de mi apartamento de La Condesa, revelaron que el “fin” estaba próximo. Ya no tenía sentido seguir explorando hacia afuera. Podría haber continuado mi viaje e instalarme unos meses en Oaxaca pero había capítulos en Europa que requerían mi atención.
Era hora de hacer oficial ese cambio de vida. Era hora de compartir que Julia estaba en evolución. Hora de tener conversaciones incómodas y de encontrar a un inquilino que se quedase “long-term” en mi apartamento de Ámsterdam.
Ese viaje de Monje fue un receso. Un paréntesis. Ir al interior para soltar y relajar mi cuerpo físico, mental y emocional. Un tiempo para alinearme aún más y convencerme -sobre todo a mí misma- de que la vida de antes ya no volvería. La misión estaba cumplida.
Hacia finales de Julio del 2022, ya recuperada del Covid pasé 5 días por Tulum para despedirme de mi tierra prometida y volar a Madrid desde Cancún.
Agosto, 2022
Agosto transcurrió relativamente tranquilo entre “el pueblo” y Portugal. Retomé la pintura. El libro del Camino del Artista de Julia Cameron, me acompañaba esos días. Atravesé situaciones emocionales intensas, con mi familia y mi pareja de aquel entonces. Fueron semanas para comunicar que la vieja Julia no volvería y que mi futuro, era aún incierto.
Septiembre, octubre, noviembre 2022
Decidí pasar aquel otoño en Ámsterdam. En mi apartamento de la Borgerstraat, con mi gato Leo. Arreglé mi bici de carreras que llevaba más de 6 meses sin usarse. Fue extraño porque volví a lo de siempre, sin ser la de siempre. Sin tener ya un trabajo que me definiese ni marcase la pauta de mis días. Viví Ámsterdam como turista. Visité museos, dibujaba en cafés, iba a ferias de arte, disfrutaba de esa vida “bohemia” y más relajada que quería experimentar.
No sentía que el Viaje de Monje hubiese terminado, sólo continuaba en otro lugar que ya conocía. Alquilé un espacio en un estudio de cerámica durante un mes. Iba todos los días a diseñar y hacer mis piezas, observé de cerca mi proceso creativo. Tomaba notas. Y me di cuenta de que no era tan diferente a trabajar en proyectos europeos de innovación o a escribir artículos más íntimos.
La confusión acerca de mi futuro podría haberme invadido. Pero no fue así. Me entregué al presente. Veía la belleza en aquellos días en los que el frío ya empezaba a apretar. Sabía que quería sol pronto y que seguir en Ámsterdam aquel invierno ya no era una opción. Nada me retenía allí. Cerré - cerramos - mi relación de pareja y encontré al inquilino que se quedaría en mi apartamento durante al menos un año.
En aquellos días otoñales, mientras cerraba capítulos, había un palpitar en mi interior: las ganas de crear algo propio eran innegables.
Seguía visitando cafés nuevos cada día, todos esos que no pude visitar durante los años anteriores debido a mi apretada agenda laboral. Fue en el café LOT61, donde me topé con una entrevista a Rupi Kaur. Leyendo sus palabras, supe que era el momento de trabajar en mi Marca Personal, al menos, empezar a compartir mi mensaje. Aquel día supe que no seria fácil pero que no debía tirar la toalla.
No tenía demasiada idea de cómo “funcionaba” eso de una Marca Personal, pero sabía que ese era el camino. Un camino que requería compromiso. De vuelta a casa, tomé el teléfono y envié algunos mensajes a amigos / conocidos que tenían experiencia en el tema para que me orientasen.
Aquellos últimos días en Ámsterdam, entre múltiples paseos por Vondelpark y mi barrio de Oud-West, las ideas se fueron formando. Y aunque todavía muy perdida, una convicción férrea me acompañaba. Estaba convencida y sabía que la aventura comenzaba.
Ese fue el momento que yo consideré como el fin del Viaje de Monje. Un viaje de exploración que culminó con la convicción de saber que el camino era exponerme al mundo como Julia Úbeda (e intentar vivir de ello).
Fue mi amado Ámsterdam el que me regaló esa claridad y una vez obtenida, supe que era hora de volar de nuevo.
A veces lo más valiente - y difícil - es tomar decisiones fuera de la caja cuando estás dentro de la caja.
Con esa decisión ya tomada, entregué las llaves de mi casa al nuevo inquilino. Volví a España unos días para empacar y despedirme de mi familia y volví a México, esa vez para “quedarme”. Para dar a luz a lo que sería mi proyecto.
Diciembre, 2022
Pasé las navidades en Tequis (México), en Art House Pani, en la casa de mi querido amigo Santi, del que ya he hablado en esta Newsletter. Y de ahí, decidí volver a Tulum, donde me instalaría.
Lo que comenzó aquel diciembre, fue la aventura de traer a tierra a “Julia Úbeda” ya no como persona, si no como marca, servicios y mensaje…No fue inminente, me llevaría varios meses concretar y definir. Una etapa de prueba y error. De probar mil cosas. No sería hasta un año más tarde, en diciembre del 2023, cuando vi claro que era hora de formalizar mi emprendimiento. Necesité de esos 12 meses para incubar, pensar, sentir, experimentar…para empezar a ofrecer servicios alineados conmigo.
Ese periodo de transición entre el Viaje de Monje y la Julia que ahora leéis semana tras semana y que ofrece mentorías, talleres y cursos, fue clave. No fueron meses fáciles. Ahora ando revisando mi 2024, mi primer año de emprendimiento “formal” y supe que era el momento de compartir esta historia. Era una pieza que faltaba.
Con amor,
Julia
Si quieres revisitar (y honrar) tu 2024…estoy diseñando un taller de escritura para el 22 de diciembre. Lo estoy preparando con amor, incluyendo las preguntas que yo misma me hago estos días para cerrar el año.
(El taller es gratuito para los miembros de Release Yourself. Revisad el Chat para el código😉)
Me encanta conocer más de tu historia, y sobre todo imaginarte en sitios tan especiales también para mí como La condesa o Oaxaca 🤩.
Felicidades por perseguir tu camino!!!!!andarlo y conseguirlo.
Gracias por compartir esta pieza tan importante de tu puzzle. ☺️
Cuando vemos a alguien en quien nos gustaría reflejarnos o que nos sirve de faro, es muy fácil quedarse con lo que hace ahora o donde se encuentra en el momento actual. No solemos pensar en el camino transitado hasta llegar ahí (yo sí lo hago, por eso de preguntarme cosas de más 🙉).
Y en este mundo de la inmediatez pues no da ni el tiempo para eso. Nadie comparte sus momentos oscuros o esos en los que está perdida. Quizá se ven como signos de debilidad. O nadie quiere mirar hacia adentro y preguntarse cosas incómodas. Y en las redes mainstream, eso no se lleva en general. It's all for show.
Así que gracias por resumirnos esta época de tu vida que seguro fue difícil por momentos. 🙏